El mes de septiembre celebra la preciosa festividad de San Miguel Arcángel y todos los Arcángeles. Este evento litúrgico, celebrado por la Iglesia universal, adquiere un significado aún más significativo para el Santuario y la Ciudad de Monte Sant’Angelo, que veneran al Príncipe Angélico como su patrón y defensor.
Un intenso recorrido espiritual preparó a los fieles para vivir dignamente la solemnidad del 29 de septiembre.
Del 19 al 27 de septiembre se celebró la novena: nueve días durante los cuales el Padre Camilo Alfredo Tortorella ofreció reflexiones sobre el tema “Los Coros Angélicos: Camino de Santidad y Mensaje de Esperanza para la Iglesia y el Mundo Contemporáneo”.
Siguiendo una feliz y consolidada tradición, diversas comunidades eclesiales participaron en los servicios, animando los distintos momentos litúrgicos.
Las celebraciones comenzaron el 28 de septiembre.
Por la mañana, la celebración eucarística fue presidida por Su Excelencia el Reverendísimo Domenico D’Ambrosio, arzobispo emérito de Lecce y ex párroco de la diócesis de Gargano.
Al caer la tarde, otro prelado, montañés de nacimiento, ofició los Sagrados Misterios: Su Excelencia el Reverendísimo Giuseppe Piemontese, obispo emérito de Terni-Narni-Amelia. Esta celebración, que tiene lugar la víspera de la Solemnidad, tiene un significado muy especial: mediante la entrega de los dones de tierra y velas (la “ceremonia”) por parte de los órganos administrativos municipales, todo el Monte Sant’Angelo se encomienda a su Santo Patrón y le enciende una vela votiva imaginaria para pedirle protección y vigilancia.
El Dies Festus del 29 de septiembre, a pesar de caer a principios de semana, contó con la asistencia de un gran número de fieles y devotos, tanto locales como de diversas partes de Italia y del mundo.
La Divina Eucaristía, a las 10:30 h, fue presidida por Su Eminencia el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos. El cardenal estuvo acompañado por el Arzobispo Moscone, el Obispo de Piamonte, los Padres Custodios del Santuario y el clero de la ciudad.
Por la tarde, tuvo lugar el “rito de la espada”: el arma del Arcángel, que representa la Palabra de Dios y es símbolo de justicia y lucha contra el mal, fue extraída de la estatua que preside la Gruta Sagrada y, junto con la estatua de madera de San Miguel, fue llevada en procesión por las calles de la ciudad.
Al regreso de la sagrada procesión, Su Excelencia el Reverendísimo Monseñor Franco Moscone, párroco de Manfredonia – Vieste – San Giovanni Rotondo, celebró la Santa Misa, último capítulo espiritual del día.
El 30 de septiembre es motivo de acción de gracias por el don del Protector Celestial y por la conclusión de las festividades dedicadas a él.
A las 18:00, Su Excelencia el Reverendísimo Monseñor Fabio Ciollaro, obispo de Cerignola – Ascoli Satriano, presidió la Eucaristía. También estuvieron presentes los fieles y devotos, así como los empleados, voluntarios, colaboradores y benefactores del santuario.
























































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